Acá en el café de la peatonal de Luque, Hay una magia única y nuevas experiencias que descubrir.
Un día, un cliente se acercó a la barra y me pidió un cafe con un dibujo  muy particular:  un conejo de Pascuas.

Inmediatamente, mi mente comenzó a trabajar para crear algo especial. Me acordé que hacía años vi la publicación de mi maestro Dritan donde diseñó  un conejo de Pascua en un café. No sería fácil, pero estaba decidido a hacerlo realidad.

Comencé con un espresso doble y añadí una pizca de cacao y una cucharadita de miel. Luego, vaporicé la leche hasta que tuvo una textura sedosa y la vertí en la taza con cuidado. Ahora venía la parte difícil: crear el dibujo de conejo de Pascua.

Con una mano firme, delineé las primeras formas con el pitcher, creando  cuidadosamente el diseño sobre la superficie del capuccino. Trabajé con paciencia y precisión, dando forma al dibujo del conejo de Pascua en el corazón del café. Finalmente, estaba listo.

Mientras me acercaba a la mesa del cliente con su orden, mi corazón latía con emoción. Le entregué el café capuccino  personalizado, y su rostro se iluminó con una sonrisa de alegría.

Tomó una foto y luego me dijo «Esto lo tengo que publicar en mis redes» para luego dar un sorbo del café y cerró los ojos, saboreando la mezcla suave y aromática.La sorpresa y el deleite en su rostro me llenaron de alegría.

«Cuando la Alegría es compartida ocurren experiencias increíbles, para mí y para quien viene a disfrutar de lo que amo hacer».